Dos tipos de caída en balneario / 25 de agosto, 12:29
- Merwina Londés
- 23 ene 2024
- 1 Min. de lectura
Dos tipos de caída en balneario. Al doblar la esquina la Chica Pañuelo me da un folleto y canta Fireworks de Katy Perry jodiéndome mientras camino como si ella fuera alguna clase de caniche antropomorfizado. Llegamos hasta las dunas cruzando el senderito de asfaltado por el que pasan los autos a todo lo que dele levantando la arena. Desde arriba miramos una cancha de vóley a la orilla del mar, la arena seca, las líneas. Hay huellas de tejo. Me doy cuenta de que me va a tirar y la agarro para que caiga conmigo. Rodamos riéndonos. Jugando están Escai y Maribel, hablamos hasta que me trepo a la red, me molestan con ella, con cómo caímos.
Acompaño a Maribel a su casa para llevar unas botellas de champagne, lo hago con la esperanza de que me quiera, o de que me dé un beso. De camino me cruzo con una gata negra y me maúlla. Al entrar a la casa de mis tíos en San Francisco hay cinco gatos negros más. Saludo a su padre, un hombre pelado, y cuando me voy los gatos son perros chiquitos y el que está afuera me gruñe peligroso. Escapo por la puerta trasera encontrándome con un tipo de peinado alto junto a la manguera, lo confundo con Cielo, me dice que no es fin de año.
Comentarios